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Retrato de la autora

Libros en serio: Shira Geffen

octubre 10, 2016

“El libro infantil es un lugar donde te puedes encontrar”, así lo declaró Shira Geffen cuando le preguntaron sobre los libros para niños que ha escrito a lo largo de su vida. Los concibe como un espacio donde, a través de la ficción, se puede abordar la realidad.

Nacida en una familia de artistas, no es extraño que Shira haya heredado una sensibilidad bastante peculiar. Logra comunicarla a través de sus múltiples facetas: es cineasta, dramaturga, actriz y escritora. Comenzó a escribir para niños en 1993. Su primer libro se titula Cuando el mar era un plato de sopa, donde la poesía conduce la imaginación del lector. Fue una apuesta relevante puesto que la mayoría de los libros dirigidos a los niños prefieren la prosa.

Cuando el mundo era un plato de sopa, de Shira Geffen e Ira Rinat Hoffer

Cuando el mundo era un plato de sopa, de Shira Geffen y Rinat Hoffer

En los libros infantiles, Shira procura hacerle un lugar al miedo. Reconoce que es un sentimiento genuino que debe abordarse para que los niños reconozcan que es válido sentirlo y que se puede resolver. Negarlo haría de los niños personas inseguras y temerosas. Procura marcar distancia de lo que ella denomina “libros rosas” aquellos productos literarios que hacen lo posible por negar el mundo real y los problemas que suelen haber. Más bien, procuran llenarlo todo de diamantina y colores tan brillantes que perturban. Esto no quiere decir que Shira opte por fabricar un mundo oscuro, al contrario: prefiere enfatizar lo real con una dosis de fantasía.

Por otra parte, rechaza la perfección. Reconoce que este es un concepto lejano de la realidad, aunque seamos impulsados a alcanzarla. Ha colaborado con ilustradores que, a su parecer, no se preocupan por hacer dibujos perfectos sino bellos. Noche sin luna y La hoja de corazón fueron ilustrados por David Polonsky quien dio vida a personajes con rostros expresivos. Cada libro tiene una paleta de colores que comunican a la perfección la atmósfera del libro. De esta manera, hace que los libros sean, en efecto, un refugio para el lector.

ilustración de David Polonsky para Noche sin Luna de Shira Geffen y Etgar Keret

Ilustración de David Polonsky para Noche sin Luna de Shira Geffen y Etgar Keret

En el caso de Buenas noches, monstruo, Shira Geffen trabajó con Natalie Waksman-Shenker, a quien conoció a través de su casa editorial Am-Oved. Su agente le mostró las ilustraciones que Natalie Waksman-Shenker realizó para un libro de Lea Goldberg. Le gustaron tanto que aceptó la colaboración para Buenas noches, monstruo. En el rostro de Ruti, la protagonista de esta historia, Shira reconoce rastros de Lea Goldberg que no era una belleza convencional pero sí de facciones firmes que le daban carácter. Las ilustraciones de este libro trazan un flujo natural del mundo real al de los sueños. Los detalles y juegos de sombras acompañan a la perfección el texto escrito.

Ilustración de Natalie Waksman-Shenker para Buenas noches, monstruo

Ilustración de Natalie Waksman-Shenker para Buenas noches, monstruo

A pesar de tener una larga trayectoria en la cultura producida para los adultos, Shira apuesta a la creación de libros infantiles. Su propósito es que la infancia se tome en serio y puedan disfrutar proyectos hechos con seriedad y compromiso. Con la calidad de sus libros, comprobamos que no está lejos de lograrlo.