Una pluma violeta emprende un viaje a través de las páginas de este libro. Se convierte en el bigote de un gato, la espina de un erizo y la cola de un perro, entre otras situaciones divertidas. De pronto, perdemos de vista a la pluma pero el final del libro nos sorprenderá.
Es una lectura ideal para ser compartida. En conjunto, los lectores podrán advertir el intrépido paseo de esa delicada pluma violeta. La sorpresa del final podrá echar a andar su imaginación.
Si mira las guardas, el lector reconocerá muchos de los objetos empleados en la creación de las ilustraciones. El collage con objetos cotidianos es el estilo habitual de Hanoch Piven que le ha merecido reconocimiento en el mundo del arte y la publicidad.