fbpx

< Anterior          Todos          Siguiente >

Obedecer a la mano: Kitty Crowther

Alejandra Quiroz Hernández – 4 de abril de 2018

¿Cómo puedes dejar la habitación si ni siquiera puedes imaginar una puerta? Para mí en eso consiste la lectura.

– Kitty Crowther

En diversas entrevistas, Kitty Crowther ha afirmado que los personajes de sus historias la eligen. A lo largo de su vida ha recogido experiencias y elementos que se configuran dentro de ella hasta que están listas para salir. Entonces, la mano va dictando las historias y los personajes que desean habitar las páginas en blanco. 

En 2010, Kitty fue galardonada con el prestigioso premio ALMA, en reconocimiento a su obra como autora e ilustradora. Kitty Crowther reconoce en niños y niñas la capacidad de descubrir el sentido de las cosas por sí mismos. Comparte la creencia de que a menudo los adultos proyectan sus propios miedos en los niños. Asimismo, considera importante ofrecer un amplia variedad de libros para que ellos elijan lo que prefieran y les parezca más interesante. Confía en su habilidad para entender el mundo.

Kitty Crowther llegó a contar historias tras haber sido ella misma una lectora ávida. De niña tuvo problemas para escuchar, por lo que durante 7 años recibió terapia de lenguaje para que pudiera hablar y escuchar correctamente. Ahora que es adulta, podemos advertir los resultados. Sin embargo, aunque la terapia ayudó, reconoce que fue la lectura lo que la impulsó. Parte de los ejercicios consistían en repetir algunas palabras por lo que leer fue una actividad indispensable para ella. Además, los libros le abrían la puerta a las aventuras que no podía emprender por cuenta propia en el plano real.

Kitty Crowther en su estudio. Fotografía de Paul Duerinckx.

En buena medida, leer le ayudó a calibrar sus sentidos, a afinarlos. Creer en las historias la ha vuelto una narradora poderosa. Siendo niña se descubrió en soledad – a causa de su discapacidad – así que se llenó a sí misma de “amistades de papel”, como denomina a las protagonistas de El jardín secreto y «La pequeña cerillera» que fueron compañeras de sus emociones, del desarrollo de la empatía por los demás. Fue capaz de poner atención a lo que ocurría en el mundo, a observar cuidadosamente. Esta habilidad la ha acompañado en el desarrollo de sus historias pues asume un compromiso con el lector: se hace responsable de lo que cuenta.

Una de las características principales de sus personajes es la libertad, porque la ama. A través de ellos manifiesta el derecho a ser libre, de ser plenamente quien se es. También a esto se debe que muchos de sus personajes sean mujeres fuertes y determinadas. Cuenta que a los 17 años leyó una biografía sobre Beatrix Potter, a quien admiró de inmediato adoptándola como modelo a seguir. Consciente de que antes las cosas no eran tan sencillas para las mujeres, Kitty ha desafiado esos roles o expectativas en historias conmovedoras como El niño raíz, Mamá Medusa, Annie du Lac, entre otras.  

A menudo se pone filosófica. En tres des sus libros: Moi et Rien, Theo y Dios, La visite de Petite Mort, personajes humanos interactúan con personajes conceptuales poco frecuentes en la literatura pero a menudo reales en el imaginario infantil. Dar un paseo con la Nada, demorar el trabajo de la Muerte o evidenciar que Dios no sabe nadar y desconoce los omelettes, son algunas de las cosas que pasan entre las páginas de estos títulos. Con estas historias, Kitty Crowther se aproxima a los misterios de la vida, a esas cuestiones aparentemente desconocidas pero sentidas en lo profundo del ser. Aunque advierte que no puedes ponerlo todo en los libros, Kitty se acerca bastante.

Persona gigante en medio de la naturaleza seca. Ilustración del libro Dentro de mí, de Alex Cousseau y Kitty Crowther. Editorial Leetra.

Ilustración de Kitty Crowther para Dentro de mí de Alex Cousseau.

Como ilustradora, Kitty ha acompañado los textos de autores de muy diversos orígenes. Sin demeritar a los autores del texto, es probable que uno tome el libro porque reconoce los trazos de la ilustradora. En su obra abundan los paisajes llenos de árboles y flores que se adaptan a la paleta elegida para la historia que ilustra. La naturaleza es un elemento indispensable en su estilo. Por ejemplo, para Dentro de mí, de Alex Cousseau (Leetra, 2016), creó un bosque desolado que reflejaba la trama del libro. Con lápices de colores y crayones, así como tonos que evocan la atmósfera del relato, Crowther ha destacado como una ilustradora que conjuga lo material con lo onírico.

Al hablar de su proceso creativo, Kitty Crowther señala que acompaña la escritura con la ilustración, no marca una frontera entre una y otra actividad. Se torna un fenómeno parecido a las manos que se tocan entre sí, ¿cuál toca primero: la izquierda o la derecha? Crowther se ahorra la discusión asumiendo que narrar es una tarea en la que se implica la palabra y la imagen. Comenzar un proyecto implica adentrarse en lo desconocido y correr riesgos. Disfruta no saber el final. Para ella, lo primordial es estar disponible para que las historias la elijan para darles vida en los cuadernos en blanco. Lo fundamental, advierte, es no aburrirse.

Kitty Crowther trabaja sobre la mesa de su estudio. Fotografía de Jake Green.

«Cuando lees con alguien», dice Kitty, «dos personas se encuentran en un lugar para compartir una experiencia que no será idéntica para ambos y eso es extraordinario». Esta autora advierte lo dichoso que es compartir una expedición entre las páginas, suficiente como para propiciar una conversación. No dejes pasar la oportunidad de vivirlo a menudo.