Para leer este libro se requiere mucho valor. Pasar cada una de sus páginas es total responsabilidad del lector. Y es que en él vive un monstruo de ojos muy grandes que se come todo lo que se atraviesa a su paso: manzanas, vacas, árboles y hasta nubes. Hay que tener cuidado para no llamar su atención. Aunque quizá esto sea inevitable…