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Un modo de ser papá en tres álbumes ilustrados

Alejandra Quiroz Hernández – 16 de junio de 2022

Frecuentemente, los álbumes ilustrados representan escenas de la vida cotidiana. Algunas veces, podemos pensar que no son situaciones habituales o generales. Sin embargo, eso no las hace menos reales. Es más, estas historias pueden inspirar otros modos de ser y estar en el mundo.

Debido a esto, no es raro percatarse de la diversidad de familias que presentan los álbumes. Generalmente presentan modelos muy tradicionales, situación que complace a la gran mayoría. Ocasionalmente muestra modelos alternativos y contemporáneos. Esto no siempre es bien recibido. Sin embargo, no pueden quedarse fuera de las estanterías pues implicaría hacer a un lado la realidad de muchísimas personas.

Ahora que esta por celebrarse el día del padre, me preguntaba un poco sobre la representación de los papás en los álbumes ilustrados. Algunos estudios comentan que la aparición de los padres no suele tener la misma proporción que las madres. Por otra parte, así como las mamás son representadas con ciertos estereotipos, los papás aparecen como figuras ausentes o excesivamente ocupadas.

Ilustración de Alexandra Pichard para su libro Tercera rama a la izquierda.

La vida real ha fijado el rol de la paternidad como una figura ausente en el hogar por la carga que implica ser el proveedor. En las páginas, esto puede verse como la figura de un papá que está por llegar del trabajo y su hija se mantiene a la expectativa, como ocurre en Tercera rama a la izquierda de Alexandra Pichard.

Un rol de la paternidad que encuentro excepcional es el que se retrata en la serie de Alfons Åberg, escrito e ilustrado por Gunilla Bergström. El primer libro, God natt, Alfons Åberg (Buenas noches, Alfons Åberg) se publicó en 1972 en Suecia y posteriormente en varios países pero jamás ha sido traducido al español. Fue un hito en su momento pues no era usual encontrar libros en los que se retratara la vida de un padre a cargo de su hijo y que además tuviera un rol prominente en el desarrollo de la historia.

Ilustración de Gunilla Bergström para su libro God natt, Alfons Åberg.

En Buenas noches, Alfons Åberg, Gunilla nos presenta a Alfons y a su padre, quien le dice que ya es momento de ir a dormir. Alfons pide que le lea un cuento. Su papá accede a la primera de múltiples peticiones que terminan por agotarlo y ser el único que se queda dormido. Después de arropar a su padre, Alfons finalmente se va a dormir. La anterior puede ser una situación que se repita en varios hogares. Es probable que sea una forma de interactuar con papá porque durante el día falta tiempo para hacerlo.

Aunque su rol es menos prominente, en Leetra encuentras dos álbumes en los que la figura paterna juega el rol de cuidador. En el caso de Mi taza de té, el papá es el encargado de preparar el té que bebe el protagonista. Su mención en la historia es meramente accidental. Aún así, llama la atención que sea quien este al cuidado del niño enfermo. Aunque el padre no sea quien active el monólogo interno del protagonista y que además ni siquiera se percate de él, es un modo de representación interesante.

Ilustración de Meir Appelfeld para Mi taza de té de Dror Burstein.

En La hoja dorada, Alona llega a casa para cenar con su padre, quien la recibe alegre y curioso por la hoja en forma de corazón que trae enredada en el cabello. No parece percatarse de que sea la responsable de que la niña llegara seca. Él la espera para cenar, así que le sirve la sopa y conversan mientras esperan a que se enfríe. Se levanta un momento y eso permite que el árbol reclame su hoja. Aquí, el papá también es protagonista de los cuidados de su hija. La trama no amerita preguntarse si existe una mamá en esa historia sino que posibilita que algunas niñas y niños se identifiquen con esa dinámica familiar.

Ilustración de David Polonsky para La hoja dorada de Shira Geffen.

Es importante considerar que los álbumes ilustrados son puntos de acceso a la literatura pero también a la representación de la realidad. A menudo son espejos potentes en los que es posible que cada lector se reconozca, tanto si es una historia que lo representa como si es una que lo hace empatizar o comprender una situación ajena. La aparición de los padres en estos libros permite comprender las múltiples facetas que estos desempeñan en la vida cotidiana.